Cuando estamos con alguien que está enfadado, a menudo y de manera inconsciente, actuamos de manera contra-intutiva y, en vez de apaciguar sus ánimos, avivamos más el fuego de su ira. Seamos intuitivamente sensatos y no echemos más leña al fuego. Lo mejor es:
- No interrumpir a través de frases cortantes, secas o bruscas, ‘leyendo la mente’ o ‘hablando por encima’ de la persona enfadada. Lo mejor es animarles a hablar para que descarguen todos sus miedos y preocupaciones.
- No entrar en el 'juego de la culpa' que consistente en intentar que alguien admita, de forma directa o indirecta, que ha sido un error suyo lo que ha causado el problema. Hay que centrarse en encontrar la mejor solución del problema y no en buscar culpables.
- No decir cosas como cálmese, relájese, no se preocupe… porque la reacción más común será que el otro se enfade todavía más.
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