Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien. William Shakespeare.
Si has contestado si a alguna de estas preguntas, es bastante probable que en algunas ocasiones estés siendo víctima de tú propio perfeccionismo.
El perfeccionismo tiene su origen en la infancia y surge de una búsqueda de la ‘excelencia’ para agradar a padres y profesores. Los perfeccionistas han aprendido a medir el valor propio en función de sus logros y, consecuentemente, les ‘aterra’ estar dentro de la media.
¿Cómo romper el molde del perfeccionismo?
- Asumir que, lo que está por debajo de lo admisible para un perfeccionista, suele ser perfectamente aceptable para el resto de las personas.
- Ganar perspectiva y relativizar: Cuando nos sentimos abrumados por nuestra perfección, preguntémonos:
- ¿Cómo va a encajar en el resto de mi vida este día o este proyecto concreto?
- ¿Qué importancia tendrá dentro de 150 años?
- Aprender a aceptar los errores y aprender de ellos. Como decía Thomas Edison, sin fracaso no hay aprendizaje.
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